Por Alfonso Oswaldo Calvo Díaz
@alfonsocalvoIV
Como ya es una costumbre desde hace muchos años, los maestros de la sección XXII del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) del estado de Oaxaca han iniciado un paro de labores en todas las escuelas de nivel básico, medio superior e incluso superior en toda la entidad, afectando a una gran cantidad de alumnos que ven interrumpido su ciclo escolar; habrá que recordar que en Oaxaca desde el 1 de Diciembre del año pasado se cuenta con un nuevo gobierno emanado de una coalición democrática que derrotó en las urnas al viejo régimen autoritario y de cacicazgo que había predominado en el estado a lo largo de 80 años; para muchas personas esto era un suposición de que este tipo de conflictos ya no serían un dolor de cabeza para la sociedad oaxaqueña, ya que, desde el momento mismo de ser nombrado gobernador, Gabino Cué se comprometió a apoyar de forma importante y urgente a la educación en el estado, sin embargo, y cuando no se han cumplido ni siquiera los primeros 6 meses del nuevo gobierno el sindicato de maestros nuevamente da de que hablar a nivel nacional e incluso internacional con todo el conjunto de acciones (Plantones , marchas, tomas de oficinas de gobierno y comerciales, etc) que ellos justifican como “necesarias” para la pronta resolución de sus demandas que año con año son las mismas (aumento salarial, de prestaciones, regularización de plazas, ampliación de beneficios, etc.) sin que hasta el momento se haya realizado un corte de caja sobre los resultados que esto ha traído a la educación con respecto al monto económico invertido, y es que, si se piensa detenidamente, el estado de Oaxaca es uno de los últimos a nivel nacional en educación y valores, lo que por supuesto da lugar a serios cuestionamientos.
Entonces, la pregunta principal que se hacen millones de ciudadanos es ¿Qué es lo que realmente quieren los maestros de Oaxaca? Y es que el gobierno estatal se ha mostrado dispuesto a escuchar las demandas de los profesores que habían sido ignoradas e incluso reprimidas por muchos años, y sin embargo esto no los tiene conformes; se han ofrecido aumentos considerables a la percepción económica de los mismos, puesta en marcha de programas para el mejoramiento y equipamiento de la infraestructura educativa, becas (exclusivas para los hijos de los catedráticos), construcción de cocinas comunitarias, regularización de plazas, además de útiles y uniformes escolares que se harán efectivos a partir del próximo ciclo escolar; y esto no parece satisfacer la necesidad de poder que tienen los líderes de este sindicato.
Y es que en pleno siglo 21 y con todo a su favor son deplorables y vergonzosos los espectáculos que montan los maestros en el zócalo de la ciudad de Oaxaca, patrimonio de humanidad; donde afectan principalmente al comercio establecido que depende del turismo, principal fuente de ingresos del estado, y a la imagen misma de la sociedad oaxaqueña que ya está harta de año tras año sufrir los mismos atropellos por parte de los profesores, y es que ellos no tienen nada que perder ya que, no importa si trabajan o no sus arduas 5 horas diarias, ellos perciben su salario cada 15 días pagado de los impuestos de los ciudadanos a los que ellos mismos afectan.
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Maestros de la Sección XXII del SNTE. Foto: Google Images |
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